martes, 16 de noviembre de 2010

Iglesia Luterana propone libertad condicional para reos por penas leves

David Pérez
Redacción Diario Co Latino

La tragedia en el Penal de Ilobasco ha dejado entrever la fragilidad y la crisis estructural que tienen las cárceles en el país, sumando a esto el excesivo número de reos que pueblan dichos lugares. Es por esto que el obispo de la Iglesia Luterana de El Salvador, Medardo Gómez, pidió analizar alternativas viables para solventar dicho problema.

El Obispo Gómez sugirió que “un equipo de profesionales de la conducta humana podría revisar caso por caso para ver quien es apto para la libertad condicional, y dársela a aquellos que la ameriten”.

Asimismo, Gómez expresó que el actual gobierno no está haciendo lo necesario para cambiar el patrón de las pasadas administraciones, que solo buscaban meter a prisión a los reos, dejando
de lado la rehabilitación.

“Las iglesias podemos ofrecernos para que los presos hagan trabajo social, pueden ser asignados a distintas organizaciones que hacen trabajo por la sociedad y de esa forma puedan pagar su deuda con la sociedad”, propuso el Obispo Luterano.

La Iglesia Luterana ha manifestado que no es difícil pronosticar nuevas tragedias, y “no es justo, pues aunque la mayoría de reos son delincuentes, ante todo, debe prevalecer el derecho a la vida”.

Recuerdan a los mártires

Por otra parte, el líder de la Iglesia Luterana conmemoró la ofensiva final de 1989.

“Los mártires sufrieron mucho en su lucha por un país mejor, ellos ofrendaron sus vidas en el nombre de Dios, y el esfuerzo y sacrificio fue su cruz; imitaron a Jesús, y es por eso que les llamamos mártires”, recordó Gómez.

En plena ofensiva de 1989, fueron asesinados los sacerdotes jesuitas de la UCA, Ignacio Ellacuría, Ignacio Martín Baró, Joaquín López y López, Segundo Montes, Juan Ramón Moreno y Amando López, y dos empleadas.

De la misma manera que el rector de la Universidad Centroamericana, José María Tojeira, el Obispo Gómez coincide que la masacre de los religiosos dejó al descubierto la barbarie de la guerra civil, lo que desembocó en la presión nacional e internacional por acabar con el conflicto.

“La paz en el proceso de la guerra es trabajo de los mártires. No hubiera terminado la guerra, no se hubieran firmado los acuerdos de paz sin esas muertes.
El asesinato de los jesuitas impactó al mundo, de allí se abrieron los cambios” , explicó Gómez.

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“Ningún pueblo de América Latina es débil, porque forma parte de una familia de doscientos millones de hermanos que padecen las mismas miserias, albergan los mismos sentimientos, tienen el mismo enemigo, sueñan todos un mismo mejor destino y cuentan con la solidaridad de todos los hombres y mujeres honrados del mundo entero.” (Segunda declaración de la Habana)


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