martes, 2 de noviembre de 2010

“No podemos olvidarnos de ellos, las vidas que ofrendaron son valiosas”: Ovidio Morales

Noé Samael Rivera
Redacción Diario Co Latino

La Comisión pro-Memoria Histórica de las víctimas del pasado Conflicto Armado realizaron un acto ecuménico donde recordaron las más de 32 mil personas asesinadas y desaparecidas.

En el Monumento a la Memoria y a la Verdad contraído en el año 2003 en el parque Cuscatlán familiares y miembros de las organizaciones ofrendaron flores a lo “mártires salvadoreños”. “El propósito es dignificar la memoria de las víctimas”, dijo Ovidio Morales, miembro de la comisión.

Por su parte, Guadalupe Mejía, del Comité de Familiares de Víctimas de Violencia a Derechos Humanos, sostuvo que “en el monumento se puede apreciar los nombres de los hijos, padres, sobrinos y demás familias que nunca fueron encontrados”.

Los familiares como las organizaciones aún esperan en la justicia esclarecer muchos crímenes que han quedado impunes. “Yo sé que no se puede devolver a las víctimas. Pero como madre espero en la justicia, perdí a mis hijos y mi esposo, eso es muy doloroso a pesar de que pasó hace 27 años”, sostuvo María Ávalos.

En el monumento donde se ubican los 32 mil nombres de niños, jóvenes, adultos y ancianos, de hombres y mujeres, hay un espacio para todas aquellas víctimas que no fueron identificadas. “Este espacio representa a todas y todos aquellos de los que nunca se supo nada”, expresó Mejía.

El acto contó con familiares provenientes de distintas partes del país, entre cantos y vivas las lágrimas de los familiares rodaron esperando en la justicia que se ha tardado dos décadas en llegar y siguen esperando. “Algún día conoceremos la verdad, algún día lograremos la justicia”, sentenció Morales.

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“Ningún pueblo de América Latina es débil, porque forma parte de una familia de doscientos millones de hermanos que padecen las mismas miserias, albergan los mismos sentimientos, tienen el mismo enemigo, sueñan todos un mismo mejor destino y cuentan con la solidaridad de todos los hombres y mujeres honrados del mundo entero.” (Segunda declaración de la Habana)


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