jueves, 9 de septiembre de 2010

Lo que no se les quiere decir a los emigrantes

Por más conmovedor y solidario que sea ver a las autoridades recibir “sueños en ataúdes”, creo que el gobierno debe ir más allá y decidirse por lanzar sendos llamados de advertencia, aquí y en los Estados Unidos, para que los salvadoreños no se arriesguen más a la búsqueda ilegal del sueño americano. Están equivocados los que piensan que el salvadoreño únicamente viaja por la falta de empleo, por el contrario, la mayor incidencia la tienen los que estando allá, les quieren tener cerca.


Por Sura’s Way



Ya lo dije antes, y es que no comprendo por qué no se les puede explicar a los salvadoreños con planes de emigrar, que los 7 y hasta 10 mil dólares que van a utilizar para pagarle al “coyote”, bien les pueden servir para comenzar algún negocio de panadería, taller, cibercafé, tienda, pagarse estudios, preparación, etc. Es cuestión de saber convencer a sus familiares o amigos, que en lugar de patrocinarles el viaje, les ayuden en ese sentido y así se evita tanta muerte, tanta detención, tanta deportación, así evitan tanto maltrato.


El gobierno tendría que jugar su parte en orientar a esta gente de cómo comenzar su microempresa y/o preparación, además de protegerlos de los extorsionistas, de la gran empresa que consume al pequeño e incentivarles con oportunidades. Paralelamente, se tendrían que coordinar esfuerzos para llevar el mensaje a los que viven allá, para que estos hagan consciencia de los peligros a los que exponen a los suyos, al tratar de traerles. ¿Y por qué no?, si ya como empresarios y/o personas preparadas y con empleo, es más fácil calificar para una visa a los Estados Unidos o Canadá, así les verían en mejores circunstancias.


El gobierno de El Salvador tiene que profundizar en el tema de emigrantes, no se pueden tomar más tiempo. No es posible que se siga viendo al migrante como un futuro remesero y que por eso no se le intente detener. Diariamente siguen saliendo de nuestras fronteras de 400 a 500 personas en busca del sueño americano. Un sueño del que no se quiere despertar. Del que unos regresan deportados, otros mueren en el camino, otros pasan a ser victimas del delito de trata de personas, de los negocios de narcotraficantes; siendo ya muy poquitos los que logran cruzar a los Estados Unidos, donde comienzan a contar en las estadísticas de los que no consiguen empleo. No señores, los números no son nada favorables.


Por el contrario, los números fueran mejores para El Salvador si a la economía se le inyectara todo ese dinero que se les paga a los coyotes… a diario.


Las autoridades han hablado, de instalar oficinas para atender al migrante, de ayuda consular, de apoyar la travesía, pero no se atreven o no quieren decir abiertamente “ya no viajen por la vía ilegal porque los están matando, porque las mujeres se exponen a que las violen, y a todos decirles, se van a exponer a los más infames tratos inhumanos”.


Hoy con estos 72 muertos hablan de exigir una investigación, de que se entiende el dolor, de que hay probabilidades de conocer la verdad porque hasta un salvadoreño sobreviviente va a colaborar con las investigaciones. POR DIOS, DÍGANLE AL PUEBLO QUE YA NO VIAJEN DE ILEGALES E INSTALEN MECANISMOS PARA EVITARLO.


Dice nuestro Presidente: “Nos estamos comprometiendo a que ya no hayan más salvadoreños que tengan que irse a los Estados Unidos a buscar lo que el Estado salvadoreño les tiene que proveer”. Me gustaría conocer de qué se tratan esos esfuerzos para que en el país se generen las oportunidades y no tenga nadie que emigrar ilegalmente. Será interesante ver reflejadas estas palabras en el presupuesto destinado a educación, generación de oportunidades y nuevos empleos. Será bueno, pasar del dicho al hecho.


No me parece que se diga que el gobierno trabaja para lograr que en las rutas del migrante haya un trato más digno porque siento que eso es incentivar la emigración. Pero hey, esa es solo mi opinión, que más parece un grito de “pare la emigración”, lo que obviamente no sucederá de la noche a la mañana.


Es bueno que se mejoren las condiciones en beneficio de los salvadoreños que viajan.


Por último, la emigración es un tema serio que involucra un aspecto sentimental tremendo, por lo que se convierte en un derecho; de reunificación familiar, de reunión con los tuyos, un derecho a lo social, un derecho a conseguir nuevas oportunidades para ayudar a los tuyos.


No señores no nos hagamos los de los panes y atendamos el problema, que es de todos y se pone cada día más complicado. Metamos el tema de los emigrantes al debate.

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“Ningún pueblo de América Latina es débil, porque forma parte de una familia de doscientos millones de hermanos que padecen las mismas miserias, albergan los mismos sentimientos, tienen el mismo enemigo, sueñan todos un mismo mejor destino y cuentan con la solidaridad de todos los hombres y mujeres honrados del mundo entero.” (Segunda declaración de la Habana)


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