miércoles, 3 de noviembre de 2010

Dicen que dicen, que vieron pasar…

Hace treinta años, en 1980, Adrián Goizueta se encontraba componiendo la música de la película «El Salvador, El pueblo vencerá», la primera gran producción cinematográfica del cine insurgente salvadoreño. Dicha producción ganó los premios a la mejor cinematografía en los festivales de cine más importantes del mundo. Su canción «Farabundo Martí» iniciaba un recorrido que treinta años más tarde llegaría al redondel Masferrer, el 10 de octubre de 2010.


En 1977, a los veinte años, llegó a San José Costa Rica Adrián, invitado a formar parte de la planta docente del conservatorio Castella por su director, Arnoldo Herrera. Unos meses antes, en Buenos Aires, Adrián había hecho amistad con el tenor Enrique Granados, agregado cultural de la Embajada de Costa Rica en Argentina, quien le ayudó a obtener el ofrecimiento del maestro Herrera, que influiría decisivamente en su decisión de emigrar a Costa Rica.

Hacía un año había llegado al gobierno la junta militar que durante 7 años se mantendría gobernando a sangre y fuego en beneficio de los sectores del capital financiero. El 24 de marzo de 1976 se produjo el golpe de Estado que instauró la dictadura militar dirigida por el teniente general Jorge Rafael Videla, el almirante Eduardo Emilio Massera y el brigadier general Orlando R. Agosoti, quienes desde el primer momento se dieron a la tarea de acabar con cualquier forma de participación popular.

Adrián se había vinculado al movimiento social y veía que la represión lo cercaba por todos lados. Tenía que buscar cómo salir de su país natal para conservar la vida. 30 años después, al realizar un concierto en homenaje a las Madres de Plaza de Mayo, en el lugar que les dio el nombre, la Plaza de Mayo, Adrián recordaría con nostalgia el momento en que tomó la decisión de atravesar la frontera patria.

De familia vinculada a las artes, su padre actor de radio, cine y televisión y su madre cantante, Adrián se empeñó en estudiar música desde los ocho años. Recuerda que su madre lo acompañaba a estudiar solfeo y teoría. A los quince años ya tocaba el bajo en grupos estudiantiles y ganaba algún dinero tocando en bares donde era el único menor de edad.

Tocó en varios grupos de rock, eran los tiempos cuando surgía ese movimiento de rock en español que tanta fuerza tomó después. Empezaban a sonar Litto Nebbia y los Gatos de Rosario, Tanguito, Charlie García y Luis Alberto Spinetta, considerados entre los fundadores del rock argentino. Después de su época rockera y coincidiendo con la llegada de Cámpora en 1973, se dedicó a estudiar armonía, composición y arreglos en la escuela de la Sociedad Argentina de Autores y Compositores (SADAIC), donde se estudiaba lo clásico y el tango. Después de andar en grupos de rock fundó un grupo coral llamado Cantoamérica.

En esos tiempos se vinculó al movimiento social, al que con frecuencia acompañaba con su música. La participación popular se iba radicalizando y la canción era la que ponía la cara, al poco tiempo no le quedaba más que partir a otras tierras para defender la canción.

Al poco tiempo de su llegada a San José, se vinculó al movimiento de la Nueva Canción Costarricense que se había iniciado en el año 1971, cuando Rubén Pagura (argentino) y Luis Enrique Mejía (nicaragüense) grabaron el disco «Hilachas de Sol», posteriormente se fundó el grupo Érome y Tayacán, fundado por Luis Enrique Mejía Godoy en el año 1974, también se fundó el grupo Cantoamérica y Viva Voz. En esa época se fundó la peña de la Casona del Higuerón y el Centro de Cultura Popular CECUPO.

En enero de 1979 Luis Enrique Mejía Godoy graba su disco Amando en tiempo de guerra, que inicia la colaboración musical y la amistad con Adrián Goizueta, pues él realiza los arreglos, la dirección musical y graba. Esta colaboración y amistad se mantiene hasta nuestros días. En 1980 Adrián, a solicitud de varios salvadoreños que se encontraban en Costa Rica accede a componer la banda sonora de la película «El Salvador el Pueblo Vencerá», largo metraje sobre la lucha del pueblo salvadoreño dirigida por el cineasta puertorriqueño Diego de la Texeira. Para esta película compone la canción Farabundo Martí, que traza una semblanza musical de la vida del patriota internacionalista que formó parte del Socorro Rojo Internacional en México, fundó el Partido Comunista de Guatemala, se integró al Partido Comunista de El Salvador y combatió con Sandino en las Segovias nicaragüenses, de quien llegó a ser secretario personal.

En septiembre de 1982 grabó en México el disco Eugenia: para que no caiga la esperanza, el cual formaba parte de un espectáculo. El disco está dedicado a Ana María Castillo Rivas, combatiente guerrillera de las FPL caída en combate el 17 de enero de 1981.

Musicalmente Goizueta ha incursionado en muchos géneros, promoviendo mezclas de géneros y estilos. Desde 1980 se configuró lo que en adelante se llamaría el grupo experimental, donde se mezclaron las cuerdas (violín, viola, cello), el oboe, el saxo, la flauta con el bajo eléctrico, la batería y la guitarra electroacústica fundiéndose en sonoridades mezcla de jazz, nueva canción, trova, bolero, música afro-costarricense, caribeña y clásica. A partir del 2000, el formato musical se ha centrado en una sonoridad más íntima, donde cada vez más se advierte la presencia del tango y la milonga.

La producción discográfica de Adrián Goizueta es muy amplia, donde destacan: «Adrián Goizueta y el Grupo Experimental» (1980)., «El Salvador, El Pueblo Vencerá »(1981), «Eugenia, para que no caiga la esperanza» (1982), «Tangojazz» (2000), «Compañera en vivo» (1996), «Dúos del alma »(s/f), «Tangoizueta» (s/f), «Soy» (s/f).

En marzo de 2010 Adrián fue invitado a participar en la Huelga de Dolores, organizada por los estudiantes de la Universidad de San Carlos de Guatemala, en mayo participó en el encuentro de Escritores por la Tierra en Santa Tecla, en septiembre grabó la música para un documental argentino-costarricense y el 10 de octubre participó en el acto central por el XXX aniversario del FMLN.

Hace treinta años, al calor del surgimiento del FMLN y de la lucha del pueblo salvadoreño, Adrián se volcó a la creación musical comprometida con los ideales de justicia, democracia y paz para El Salvador, durante el acto por el XXX aniversario, vino a rendir cuentas con su música, su canto solidario y su inmenso cariño al pueblo salvadoreño. Quedó demostrado que el cariño es ...recíproco.

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“Ningún pueblo de América Latina es débil, porque forma parte de una familia de doscientos millones de hermanos que padecen las mismas miserias, albergan los mismos sentimientos, tienen el mismo enemigo, sueñan todos un mismo mejor destino y cuentan con la solidaridad de todos los hombres y mujeres honrados del mundo entero.” (Segunda declaración de la Habana)


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