LOS SANTOS....

EL FOGÓN IDELÓGICO
PARA LOS LECTORES
REVOLUCIONARIOS DEL MUNDO


LOS SANTOS DERECHISTAS
Cuando los pueblos levantados exigen justicia en todos los campos de la vida y amenazan al mismo tiempo en tomar la justicia en sus manos, cuando los gobiernos no proceden, comienza la santería derechista como bestiario despotenciado, a aparecer en los púlpitos de la ignominia y la desesperación.
La derecha padece de amnesia trasnochada, se les olvida de la noche a la mañana los males que le han causado a la humanidad y que le siguen causando aunque no estén presentes en los gobiernos y bueno llegan hasta la pedantería de erigir viles estatuas a los más grandes criminales que la historia haya conocido. De la noche a la mañana los torturadores se vuelven franciscanos; pero es les olvidó cambiar el látigo por la cuerda. Cuántos de ellos, sino todos, han participado en los largos aquelarres de tortura. Cuántos pusieron el torniquete sobre los dedos infantiles de nuestras niñas, cuántos de esos perros violaron a las hijas del pueblo. Cuántos de ellos y ellas participaron haciendo cortes eléctricos a los torsos de nuestra juventud, cuántos de ellos secuestraron y asesinaron a nuestros hermanos y hermanas
Cuántos de ellos son responsables de los crímenes más repugnantes que nuestra historia pueda conocer. Cuántos de han disfrutado con el dolor de nuestro pueblo, con el hambre de nuestros niños y ancianos, con la impotencia de nuestras mujeres secuestradas, violadas y obligadas a abortar periódicamente.
Anoche recorrí La colonia de los ricos. Vi las enormes casas, las elevadas torres, la lascivia permanente en los rostros endrogados de todos sus habitantes, la mirada psicópata y los pasos desequilibrados y vacilantes de los hijos del robo y del crimen organizado, Sentí asco y repudio y desee tener un inmenso lanza llamas multidimensional y terminar de una vez por todas. Sentí repulsión a lugar ya a sus habitantes y me pregunté: cómo es posible que gente que dijo alguna vez estar al lado del pueblo, pueden vivir en este muladar de criminales, luego me contesté, son parte de ellos mismos.
De regreso vi al pueblo saliendo de las fábricas, a los niños tragando fuego en los oscuros bulevares, vi a mujeres pariendo en las mugrosas calles, vi millares pidiendo a lo largo de la patria y me pregunté si no es hora de que el pueblo tome la justicia en sus manos.
Pensar que allá viven los protagonistas de robos trillonarios y saber que muchos que viven aquí abajo han aprendido la lección de los sicarios y que tanto allá arriba como aquí abajo siguen libres y continúan enlutando a nuestra patria y que muchos y muchas que alzan banderas rojas, en lo oscuro duermen con los paranoicos asesinos de la patria. Un tanto grotesca y degradante su eterna ignorancia, jamás se imaginan que el pueblo puede tomar la justicia en sus manos!
Si el pueblo no se organiza, si no lucha por salir de su ignorancia atorrante, ellos dirán: pensaron que habían ganado la batalla, más lo que han ganado; es aumentar el hambre y acostumbrase por siempre a ser esclavos.
Es mejor enterrarse o decidirse a volar entre las águilas. Cómo duele la patria por siempre ultrajada!
Los sicarios de ayer son los santos de hoy. Destruyeron los sindicatos y trajeron las ONG’S manejadas por la CIA. Ya no irrumpen con sus fuerzas militares las universidades, las tienen permanentes y hasta la
“Academia” se convierte en garitones desde el aula. Ya no hay despidos inesperados, fueron sustituidos por el desempleo permanente. Ya no importa ganar las elecciones si la izquierda vendida vota con los tiranos. Vemos la intervención sofisticada y seguimos peleándonos y debatiendo chambres insustanciales., Vivimos el oscurantismo de los medios y no tenemos la capacidad de destruirlos. Nos venden a la patria sojuzgada y como imbéciles vamos a comprarla. Nos roban la banca y tememos a asaltar un banco, nos han robado aun hasta las playas y tememos tomarnos una hectárea, conociendo el papel nocivo de la iglesia nos volvemos acólitos y vamos a aplaudirla, contemplamos la destrucción del arte y seguimos asintiendo a sus permanentes funerales,
Caramba, no será que los Santos derechistas continúan ganando la batalla. Sólo nos falta hincarnos y rezar y pedir a Santo D’abuisson.
A dónde están las masas ayer organizadas? Las que un día hicieron temblar y llorar a los sicarios.
ES HORA QUE EL PUEBLO TOME LA JUSTICIA EN SUS MANOS!
Paul Fortis